Humberto Contreras.-

La selección masculina de baloncesto culminó el pasado sábado su participación en los juegos Panamericanos de Toronto, al igual que su par femenina, el combinado vinotinto se tuvo que conformar con el séptimo lugar, ganando uno solo de sus cuatro compromisos.

En las próximas líneas analizaremos la actuación de Venezuela en este torneo, sin hablar de los que no estuvieron, luego sí; en un segundo artículo, podremos comentar un poco sobre lo que le viene a esta selección, que en poco más de un mes afrontará un torneo mucho más complicado que este, el Preolímpico de México.

La selección nacional contó con una preparación bastante buena previa a este torneo, sumado a esto los siete países restantes asistieron a esta cita con selecciones alternas, caso contrario de Venezuela que mandó el mejor material disponible, por lo que, desde el propio cuerpo técnico y algunos jugadores, se creó la expectativa de que al menos meterse en semifinales era factible. Así que lo sucedido en Canadá no debe ser llamado de otra forma que no sea fracaso.

Aun con una selección de universitarios y algunos profesionales, Estados Unidos siempre es un rival complicado, mismo caso de esta Brasil b que terminó llevándose el oro, ni hablar de Puerto Rico, equipo que sin importar quien conforme su nómina a Venezuela se le ha hecho casi imposible derrotar.

Así que perder con algunos de estos rivales no parecía una sorpresa, lo que sorprende es la manera en que se perdió. Salvo la primera mitad ante Estados Unidos y el tercer cuarto ante Puerto Rico, el combinado criollo mostró poco ante sus rivales.

La lesión sufrida por David Cubillan, prácticamente en la única jugada que tocó el balón, ciertamente condicionó a los criollos, a Néstor García siempre le ha gustado jugar con dos bases, pero para que esta fórmula funcione, alguno de los dos pilotos, debe tener la capacidad de hacer las funciones de escolta, David está acostumbrado a eso desde su época en la NCAA, además es el mejor lanzador perimetral de los criollos, a pesar de algunos buenos minutos, ni Gregory Vargas ni Heissler Guillent pueden suplir en ataque al maracucho.

Aquí cabe la primera inquietud que espero que “El Che” responda, si se sabía de los problemas físicos de Cubillan, ¿Por qué llevárselo a los Panamericanos y arriesgar sus participación en el torneo verdaderamente importante?

La pregunta incluso, abarca más jugadores, cuatro de los 12 integrantes de la selección se encontraban con problemas físicos que afectaron su accionar en Toronto, además de Cubillan que jugó apenas minutos, Luis Bethelmy no estaba totalmente recuperado de las molestias en uno de sus tobillos, Gregory Echenique apenas y jugó en el torneo debido a una fascitis plantar, mientras que José Vargas fue otro que también llegó tocado.

Teniendo en cuenta que en tienes una selección b trabajando en España, ¿no era mejor convocar a parte de estos jugadores para cuidar a los lesionados de cara al Preolímpíco?

Hay otro aspecto que sería bueno comentar, la LPB no es FIBA, que un jugador se desempeñe en determinada posición en la liga, no significa que pueda hacer lo mismo a nivel internacional, en ese sentido, ni Néstor Colmenares ni Miguel Ruíz son centros, ni José Vargas ni Jhornan Zamora son aleros.

Néstor Colmenares fue sin duda de los mejores en el torneo, pero sobre todo ante Estados Unidos y Brasil, no la tuvo fácil enfrentando a jugadores muchos más alto, el caraqueño es un puesto cuatro que eventualmente te puede ayudar como centro, pero no debe ser tu principal opción para esa posición, ni hablar de Ruíz, que si bien tiene una gran condición atlética y se faja en el juego interno, ya es de por sí, un ala-pívot pequeño, ponerlo a jugar de cinco es exigirle de más al joven de Trotamundos.

José Vargas volvió a tener otro torneo donde queda en deuda, al “Grillo” le ha costado jugar de alero con la selección, enfrentando en su mayoría a jugadores más altos y rápidos, caso similar al de Zamora, que si bien con Trotamundos juega de alero, se formó en España como un escolta que incluso podía jugar de base.

¿Qué se puede destacar de estos Panamericanos?

John Cox cumplió con las expectativas, siendo por momentos la única opción ofensiva criolla, lástima que ya tenga 33 años, por lo que quizás le quede un par de años más de buen nivel con la selección. Colmenares también cumplió, si bien desarrollar el juego exterior sigue siendo una tarea pendiente para el de Cocodrilos, tuvo la capacidad para lograr los puntos aun contra rivales más altos.

Dwight Lewis fue la grata sorpresa en el torneo, poco utilizado en los dos primeros encuentros, ante Puerto Rico y México mostró un aspecto de juego que no es muy habitual en él, un efectivo disparo de larga distancia. Zamora tampoco fue muy utilizado en los primeros encuentros, pero aprovechó la oportunidad ante México, para demostrar que puede aportar sobre todo en uno de los puntos que más falló Venezuela, el juego perimetral.

En resumen, el combinado vinotinto llegó a Toronto con muchas expectativas y regresará al país con muchas cosas que ajustar si se aspira a tener un equipo competitivo de cara al aún más difícil Preolímpico de México.