En más de 10 años escribiendo sobre baloncesto estoy seguro que esta ha sido la nota que más me ha costado redactar, Kobe Bryant la gran figura de los Lakers falleció en un accidente aéreo.
Humberto Contreras HumberCV).-
Han pasado varias horas desde que TMZ dio la trágica noticia, desde entonces solo he pensado en qué escribir.
Quién escribe se enamoró del baloncesto gracias a un tal Michael Jordan, cuando comencé a ver NBA a finales de los 80′ Michael ya se erigía como la gran figura que sería, a pesar de mi gran admiración hacia Jordan nunca fui fan de Chicago, en realidad nunca fui seguidor de ningún equipo en la NBA.
Pero eso cambió a partir de 1996 ese momento en que un muchacho de 18 años dio el salto del baloncesto colegial a la NBA.
Kobe Bryant era el nombre de ese jugador, que vistiendo el número 8 (y luego el 24) de la camiseta de los Lakers, logró que rápidamente me hiciera fan del quinteto angelino. Quizás fue el hecho de que Kobe representó a una generación que creció admirando y queriendo ser como Jordan.
Bryant ganó tres títulos “bajo la sombra” de Shaquille Oneal, pero tras la salida del centro de los Lakers, fue capaz de liderar a su equipo a dos títulos más.
Cinco anillos en total consiguió en su carrera de 20 años en la NBA, sumando a su palmarés, un MVP de temporada, dos MVP en finales, 18 participaciones en All Star Game, ganando cuatro veces el MVP, 11 veces fue incluido en el mejor quinteto de la NBA y otras nueve en el mejor quinteto defensivo.
Además, Black Mamba ganó dos medallas de oro en Juegos Olímpicos (2008 y 2012).
La partida de Kobe, así, inesperada, cuando hace algunos días recordábamos su juego de 81 puntos y cuando apenas ayer felicitaba a Lebron James por superarlo entre los anotadores históricos, se convierte en duro golpe.
Ese golpe se hace aún más fuerte cuando te enteras que con Kobe estaba Gianna María, su hija de 13 años.
Esa niña que ya mostraba la herencia de su padre en la cancha y que solía acompañarlo cuando Kobe asistía al Staples Center.
Como padre no puedo imaginar una situación más trágica que esta.
Estás pocas líneas más que para Kobe son para mí, para ese adolescente que imitaba (o trataba) los movimientos de Bryant en las caimaneras en Petare, que celebró los títulos de los Lakers, que sufrió aquella lesión en el talón de Aquiles y se maravilló con la maravillosa carta de despedida al baloncesto que le valió un premio Oscar.
Hoy en un día triste para todo aquel que ama este deporte, termino recordado una frase de Kobe, “Disfruta la vida, la vida es demasiado corta como para estar triste o desanimado, hay que estar en movimiento, seguir hacia adelante. La vida sigue, sonríe y sigue con ella”.
Adiós Mamba.
