Kevin Schepmans tuvo una corta carrera en el baloncesto menor caraqueño, pero el amor por el deporte lo ha acompañado siempre, primero desde el periodismo y desde hace un tiempo en el scouting, precisamente de ese trabajo que ha hecho en silencio en los últimos años será nuestro foco en este artículo.
Humberto Contreras / Fran Bastidas (Sehablabasket)
Kevin Schepmans comenzó en el baloncesto gracias a la insistencia de un compañero de clases del Colegio Claret, donde cumplía funciones como Coordinador de Deportes el coach Marcelo Silva.
Silva se llevó a Kevin a su academia, donde compartió con jugadores como Héctor “Mickey” Díaz, Juan Mejías y Danger Ortiz, entre otros.
“Era un jugador rápido, con buen lanzamiento, se adaptaba rápido a cualquier sistemas”, acota el coach. “Además de su buen nivel en el baloncesto, siempre fue un excelente alumno, sacando muy buenas notas”, sentencia Marcelo.
A pesar de ello Shepmans notó muy temprano que quizás su nivel y baja estatura (1.83 metros) no le permitiría hacer vida profesional en el baloncesto y optó por seguir vinculado al deporte, pero desde el periodismo.
Kevin se graduó en Comunicación Social y comenzó a difundir el baloncesto a través de sus cuentas de Twitter (hoy eliminada sin razón) e Instagram @eltimeout.
Además de ello, estuvo junto a Darwin Silvera y Ricardo Maciñeiras en el programa radial Zona de 3.
En 2017, de manera casi fortuita, Kevin comenzaría el camino que lo ha llevado a la fecha a ayudar alrededor de 40 jóvenes, Adrián Espinoza no podía continuar sus estudios en Estados Unidos y contactó a Shempmans en búsqueda de algún consejo.
Kevin no solo aconsejó a Espinoza, sino que comenzó a contactar a distintos equipos que se pudieran interesar por el pívot. Las gestiones de Kevin dieron sus frutos y en octubre de ese año Adrián se incorporaba a Estudiantes de Concordia de Argentina.
“Conocí a Kevin en mi etapa en categorías menores en Venezuela, me pudo ver en unos nacionales y desde ahí me estuvo haciendo seguimiento, luego gracias a sus gestiones tuve la oportunidad de ir a Estudiantes”, comenta Espinoza. “Hoy en día Kevin es un gran amigo, que me ayuda y siempre me aconseja, valoro mucho poder contar con su apoyo”, agrega el caraqueño.
El poder ayudar a Adrián despertó en Kevin el deseo contribuir a que otros jóvenes tuvieran la posibilidad de desarrollar su carrera en el tabloncillo fuera de nuestras fronteras.
Otro que también llegó a tierras argentinas fue Fernando Fuenmayor, quien con Obras Basket ha visto acción en la Liga de Desarrollo, la Liga Nacional y la Liga Federal.
“Después que jugué en el Suramericano de 2017 contactó a mi papá y desde ese entonces comenzó a presentarme con distintos equipos, gracias a él se dio la oportunidad con Obras”, indica el maracucho.
“Siempre estuvo apoyándome, incluso yo me lesioné poco antes de viajar a Argentina y estuve inactivo casi seis meses y él no desistió, siempre confió en mí y estoy muy agradecido con él”, agrega Fuenmayor.
“Kevin lo hizo todo”, complementa Fernando Fuenmayor Padre, “nosotros como familia estamos muy agradecidos con todo lo que hizo por mi hijo, el trabajo que hace con mucha humildad, sin buscar nada a cambio y con mucho amor por el baloncesto venezolano, es algo que se debe resaltar”, continuó.
Fabrizzio Pugliatti, una de las jóvenes promesas con más proyección en el baloncesto venezolano, también vio en Kevin un aliado para llegar a Italia en 2018, donde ha destacado en las categorías inferiores del Stella Azurra Roma.
El carabobeño fue el primer jugador al que Kevin Schepmans ayudó a ir a Europa, en ese momento Shempmans se apoyó en el consejo de alguien que realizó ese salto al viejo continente, el alero de la selección nacional Jhornan Zamora, quien concordó con él en que la mejor opción para Pugliatti era ir a Italia.
“Él se ha preocupado por conectar a los jugadores con clubes en el extranjero, para mejorar su formación en el baloncesto. Su trabajo nos ha abierto las puertas a muchos atletas”, acota Pugliatti, quien se convirtió en noviembre de 2020 en el venezolano de menor edad en jugar en una liga profesional europea.
“En mi caso, me ayudó bastante ya que formó parte de las personas que lograron que viniera a Italia y hacer mi vida acá”, agrega el carabobeño.
Ya a la fecha, han sido 22 jugadores los que han llegado a Europa gracias a las gestiones de Kevin Schepmans, Franger Pirela es otro de ellos, otra joven promesa que en la actualidad hace vida en la Liga EBA en el filial del Baskonia.
“Es una gran persona y un apasionado por este deporte”, indica Pirela cuando se le pregunta por Kevin. “Su trabajo y su confianza en mí, me colocaron en el lugar y momento indicado, él tiene gran mérito en lo que he podido lograr hasta hoy, hizo un gran trabajo conmigo y con los otros jugadores que ha ayudado, le agradezco mucho por guiarme hacía el camino correcto”, afirma “Lalo”.
Diego Machín (Francia), es otro de los que muestra gran agradecimiento al hablar de Kevin, “es una de las personas que más ha influido en mi carrera, sin él no habría llegado a donde estoy hoy. Kevin es como un héroe, hace todo ese esfuerzo de contactar a los chamos en Venezuela, buscarles equipo, contactar entrenadores, montar los vídeos y todo sin pedir nada a cambio, por pura pasión y ganas de ayudar”, sentencia Machín.
Génesis Rivera, tercera venezolana en jugar en la NCAA D1, no llegó a Estados Unidos gracias a Kevin, pero eso no impidió que Shempmans se convirtiera en un apoyo para ella en su etapa en Estados Unidos.
“Él ha sido una bendición para muchos jóvenes, el trabajo que ha hecho en estos años, sin ningún tipo de interés y sin esperar nada a cambio vale mucho”, comenta la petareña.
“Siempre estuvo pendiente de mí, a pesar de que no me ayudó directamente a llegar a Estados Unidos, siempre estuvo a mi lado y se interesó por apoyarme”, agrega Génesis. “Es un héroe anónimo, muy poca gente sabe lo que hace, Kevin es una de las mejores cosas que le ha pasado al baloncesto formativo venezolano”, afirma Rivera.
La quinta venezolana en jugar en la primera división de la NCAA, Odeth Betancourt, también valora muchísimo el apoyo de Kevin.
“Nunca había conocido a una persona tan apasionada por lo que hace como él. Le debo a Kevin el seguir jugando baloncesto hoy en día, años atrás cuando me negaron la Visa y la situación en Venezuela era complicada, pensé en dejar de intentar venir a Estados Unidos, estuve a punto de dejarlo todo, pero él siempre estuvo ahí, insistiendo para que no me rindiera, diciéndome que mi momento iba a llegar, un año y medio después logré llegar a Junior College”, indica Betancourt.
“Mi primer año aquí fue horrible, aprender un nuevo idioma, un nuevo sistema educativo en incluso el baloncesto era diferente, fue difícil, no jugué tanto como lo deseaba y ahí también estuvo Kevin apoyándome y ayudándome a mejorar”, afirma la nacida en Caracas pero criada en San Cristóbal.
“Para él nunca hay obstáculos, siempre busca una solución para todo y eso me ayudó mucho porque cuando me bloqueaba con algo, él me ayudaba a verle el lado positivo. Creo que la mayor parte de mi éxito se lo debo a él, nunca ha dejado de creer en mí, no puedo estar más que agradecida”, concluye Odeth
Pero el trabajo desinteresado de Kevin Schepmans no ha llegado solo hasta ahí, también se ha dado la tarea de poner en el radar a talento alrededor del mundo, vinculado con Venezuela y que era prácticamente desconocido para el baloncesto nacional.
En esa lista destacan nombre como el de Maria Daniela Lozzi, nacida en Inglaterra, pero de madre venezolana, quien cerró una destacada actuación con Lynn University en la NCAA D2, también los jóvenes Carlos Toro y Sofía Villalba, que hacen vida en Australia, Néstor Daboin, los hermanos Alexia y Nicólas Matheus, norteeamericanos de nacimiento, Terry Bardaz que juega en la Liga EBA y será parte de la selección nacional que disputará el Suramericano U18, e incluso hizo lo mismo con el joven de 2.05m. Alejandro Redondo que también nos podría representar en este Suramericano.
Viendo todo lo hecho por Kevin Schepmans pareciera que convertirse en agente o trabajar para alguna agencia de representación de jugadores, sería lo ideal, pero para el caraqueño esto nunca ha sido una opción, siempre ha manifestado que prefiere seguir ayudando así, compartiendo su tiempo entre el baloncesto y su trabajo como piloto comercial.
Kevin es una gran persona, que sigan los éxitos para el