La Vinotinto representa un sentimiento nacional, uno de sentido de pertenencia, identidad, amor y mucha pasión por un país, una nación que siempre se ha caracterizado por ser guerrera, batalladora y dispuesta a luchar hasta el final por conseguir la victoria, y esto aplica en la fanaticada que sigue a los principales deportes del mundo; béisbol, baloncesto y fútbol.
El béisbol es el deporte número uno en Venezuela, no hace falta detallar o explicar la razón principal por ello, sigue el baloncesto, uno de los deportes colectivos que más alegrías nos ha dado a todos los venezolanos, y finalmente llega el fútbol, un deporte que por increíble que parezca, es el deporte más practicado a día de hoy en Venezuela, o al menos si bien no hay alguna estadística que lo compruebe, lo que mueve el fútbol y La Vinotinto es algo que ninguna otra selección ha hecho en los últimos 10 años, por no decir más.
NO ES COMPETENCIA, es decir la realidad
Hay que dejar claro que esto no se trata de una competencia, jamás, porque al final del día, TODOS los atletas que nos representan independientemente de la disciplina deportiva que ejerzan, representan a TODOS los venezolanos alrededor del mundo y defienden los colores de VENEZUELA pase lo que pase, cueste lo que cueste.
Pero sí hay que decir las cosas como son, y en los últimos años si se hace un seguimiento a lo que son las categorías menores de las 2 selecciones nacionales que tienen más seguidores en el país, la de baloncesto increíblemente se ha visto rezagada en comparación con la del balón pie y esto llama muchísimo la atención y es hasta curioso ya que la otra realidad que hay que decir como es, sencillamente muestra que el fútbol no nos ha dado los campeonatos o clasificaciones que sí el baloncesto.
La Federación Venezolana de Fútbol ha hecho un trabajo de hormiga al saber vender y desarrollar un producto que es ‘LA VINOTINTO’, tanto en las categorías menores y mayores de la rama masculina y femenina; campeonatos mundiales, podios en torneos sudamericanos, podios en Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Bolivarianos, y lo que hasta el momento ha sido esquivo en categorías mayores en ambos sexos, la clasificación a una Copa del Mundo.
El merito de los más jóvenes es muy grande dado especialmente que el llamado ‘Boom Vinotinto’ del balón pie comenzó cuando el profesor Richard Páez asumió el cargo de director técnico de la selección de mayores en el año 2001, lo que se traduce a menos de 30 años de cultura y tradición futbolística y si bien el trabajo ha sido bastante cuesta arriba, se ha hecho algo positivo, especialmente con la parte donde la fanaticada, el venezolano se identifica con su selección, conoce su historia, los jugadores y los apoya dentro y fuera del país.
Vinotintos en el extranjero de bando y bando
Para tener menos de 30 años en el concierto internacional del fútbol, también llama mucho la atención la cantidad de jugadores de categorías menores que hacen vida en el extranjero y que también hacen vida en el fútbol venezolano y tienen proyección para poder jugar fuera de las fronteras venezolanas.
Sí, el mercado del fútbol es uno mucho más amplio que el baloncesto, pero eso solo lo hace más complicado de poder conseguir un sitio, un espacio en algún club de renombre o de al menos mitad de tabla para que el jugador venezolano deba afrontar las adversidades, así como también algo que muchos consideran sigue siendo una ‘piedra en el zapato’, el bendito pasaporte que continúa pesando como nunca.
Algunos jugadores que se pueden mencionar al respecto son: Samuel Rodríguez (España), Andrés Ferro (Argentina, Central de Cordoba), Jon Aramburu (España, Real Sociedad), Kervin Andrade (Brasil, Fortaleza), Juan Arango Jr (España, Girona), David Martínez (Estados Unidos, LAFC), Telasco Segovia (Portugual, Casa Pia), Kevin Kelsy (Ucrania, Shaktar Donetsk), Nicola Profeta (Brasil), Alejandro Cichero Jr (Italia).
Y lo más importante es que la lista continúa y la Federación Venezolana de Fútbol los tiene en su radar y muchos ya cuentan con experiencia en partidos oficiales como jugadores de alguna selección nacional independientemente la categoría, y son parte de lo que sería la generación de relevo, el trabajo para el presente y futuro cercano, así como distante, esa que busca la tan ansiada clasificación a una copa del mundo.
Si hacemos el mismo ejercicio con la selección nacional de Venezuela en categorías menores, si bien hay jugadores también haciendo vida en el extranjero como por ejemplo: Franger Pirela (España), Edson Tovar (España), Jean Aranguren (Estados Unidos), Fabrizzio Puggliatti (Italia), Jonathan Grimán (NBA Academy en México), Alejandro Redondo (España), Keiver Marcano (Argentina), Andrés Marrero (Estados Unidos), Osmar García (Estados Unidos), la realidad es que la Federación Venezolana de Baloncesto no hace los esfuerzos necesarios para poder tenerlos a todos o al menos a la gran mayoría en el radar de la selección nacional y finalmente, de una vez por todas comenzar la tan esperada y NECESARIA transición hacia el relevo.
La Federación Venezolana de Baloncesto no hace su trabajo, pero los internautas sí
Llama mucho la atención y genera molestia así como frustración que pareciera que en Venezuela en el mundo del baloncesto, personas que no asumen cargos de scouting/reclutamiento de los jóvenes jugadores dentro y fuera del país, que al menos en sus criterios tienen material para representar al país en diferentes categorías, hacen mucho más por el desarrollo y mejora del deporte; mucho mérito a personas como Humberto Contreras (Director de Pantalla Deportiva), Santiago Aceituno (Periodista deportivo), El equipo del sitio web SeHablaBasket, Kevin Schepmans (ElTimeout) quienes son a los ojos de este servidor que escribe estas líneas, de las contadas personas que hacen el trabajo que la FVB debería hacer desde hace años.
Si la FVB no hace su trabajo, los resultados serán los mismos de los últimos tiempos en donde la selección nacional de mayores como así lo muestra su última convocatoria a los próximos 2 partidos contra el combinado de Colombia, cuenta aún con jugadores que su ciclo en la selección ya debió haber pasado hace tiempo, tal como ocurre en naciones como Argentina, Brasil, España, Puerto Rico, República Dominicana por mencionar algunas naciones caribeñas con quienes nos hemos enfrentado durante décadas y siempre muestran selecciones renovadas y frescas.
Mucho respeto a los jugadores que formaron parte de los Héroes de México que aún siguen siendo parte de la selección nacional, sin duda alguna merecen todos los honores, pero su tiempo en la selección se ve forzado al no haber una estructura formativa adecuada en Venezuela que pueda desarrollar a los atletas que hacen vida en el patio y estén preparados para trabajar a la par de quienes están en el extranjero, pero esto simplemente es un sueño, una visión bastante lejana.
El sacrificio hace la diferencia y entre ambos deportes hay mucha diferencia
Otro punto que llama mucho la atención es que en los últimos años pareciera que el jugador venezolano de baloncesto no está dispuesto a correr con los sacrificios y llevar todo el peso que conlleva dejar su nación, familias, amigos y demás para poder buscar un mejor presente y futuro como jugador, si es que de verdad desea vivir de esto, trascender y alcanzar sus metas y planes dentro del mundo del baloncesto; a veces pareciera que la conformidad de disputar diversos campeonatos nacionales que han nacido en tiempos recientes, dada a la falta de constancia, seriedad y responsabilidad, así como también duración de una liga profesional en el país, los lleva a estar tranquilos con lo que tienen y no aspirar a más.
Esto es algo en donde el fútbol por increíble que suene y parezca es mucho más organizado en el mundo del fútbol venezolano, ya que muchos jugadores parten desde temprana edad al extranjero a ser formados en clubes grandes, medianos o chicos donde la constancia, dedicación y especialmente la fortaleza mental y emocional tendrán recompensas bastante gratas, como por ejemplo carreras de jugadores como Tomás Rincón, Salomón Rondón, Darwin Machís, Jon Aramburu, Yangel Herrera, Nicolás ‘Miku’ Fedor, Matías Lacava, Roberto Rosales, por mencionar algunos.
Creo que este es un punto que se debería cambiar en la mentalidad de los jugadores de baloncesto venezolano y afianzar mucho más en los del fútbol ya que es una situación que de mejorar será sin lugar a dudas netamente ganancia para el deporte venezolano y las consecuencias serían más que positivas.
Hay talento y de sobra, pero falta trabajo y mentalidad
El baloncesto venezolano tiene talento de sobra sin lugar a dudas, los atletas venezolanos, los jugadores de baloncesto son bendecidos por haber nacido en una nación que les ofrece tener un biotipo apto y presto para jugar esta disciplina deportiva y ser, hacer la diferencia, pero falta mucho trabajo y mentalidad.
Las ganas seguramente están en los jugadores, no tengo duda de ello, pero un gran talento no es suficiente para aspirar a llegar lo más lejos posible que quieran o puedan, debe ser combinado con trabajo duro, constancia, dedicación y especialmente INTELIGENCIA, es por ello que la mentalidad es bastante importante en este tema, la educación no sobra en este caso y la importancia que tiene para marcar la diferencia entre trascender o no, es abismal.
Confío plenamente en que cuando las personas correctas lleguen a los altos puestos de la dirigencia del baloncesto venezolano, así como un gran cambio de mentalidad por parte de los jugadores, Venezuela volverá a ser y hacer la diferencia en las categorías menores y podremos tener no nada más una selección ‘B’, alterna, como la quieran llamar, sino que podremos tener una camada de jugadores única para hacer relevos sin pasar trabajo y sufrir cada proceso previo a cualquier campeonato internacional.
A día de hoy, hasta el momento, lamentablemente la realidad es otra, pero la fe es lo último que se pierde y sin embargo.