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André Villas-Boas nació en Oporto el 17 de octubre de 1977, como entrenador de fútbol ha dirigido cuatro equipos: la selección de las Islas Vírgenes, el Académica de Coimbra, el FC Porto y actualmente es el entrenador del Chelsea. Además de haber sido asistente técnico de Mourinho por siete años.
En el equipo inglés está viviendo una época complicada, de los últimos diez juegos ganó dos, empató seis y perdió dos. Además, salió de los puestos de Champions y empató con el Birmingham en casa por la Copa FA. Hay rumores que dicen que de quedar eliminado frente al Napoli en la Liga de Campeones será despedido.
Antes de esta mala racha (jornada 15), el equipo Blue tenía record de diez victorias, un empate y cuatro derrotas. Cuando el DT portugués tomó las riendas del equipo londinense sabía el reto que le tocaba: un club grande, de alto presupuesto, que exige títulos pero que necesita una renovación.
Cuando el que fuera mano derecha de Mou llegó esa fue una de sus metas, rejuvenecer la plantilla. Eso trajo como consecuencia que Florent Malouda, Michael Essien, Salomón Kalou y hasta Frank Lampard fueran mandados al banquillo. Esto sumado a unas declaraciones dadas por el lusitano diciendo que no necesitaba el respaldo de sus jugadores, solo el del dueño, pudo haber caído mal dentro del seno del plantel. En el encuentro contra el Birmingham este fin de semana Roman Abramovich, propietario del equipo no estaba en su asiento habitual ¿descontento del ruso?
Se ve que hay una división entre el ex – director técnico del Porto y sus futbolistas, se nota en el rostro de cada uno de ellos. La pregunta es: De irse Villas-Boas ¿quién llegaría? Desde que se fue Mourinho no ha habido estabilidad en el banquillo el Chelsea, desde que se fue Mourinho pasaron también Grant, Hiddink y Ancelotti. La continuidad es muy importante en el fútbol y los Blues no son un ejemplo de ello.
Solo un vuelco de 360 grados mantendrá al lusitano como preparador del club inglés, más allá que elimine al Napoli y pase a cuartos de final de la Champions, necesita una racha de resultados positivos y eso parece no verse en el horizonte. Ya existe una ruptura entre cuerpo técnico, dueño y futbolistas. Aunque Daniel Sturridge salió en su defensa diciendo: «Estamos todos juntos como si fuéramos uno solo, no estamos divididos. Somos una familia. Quizás podamos demostrarlo en los próximos partidos». El luso tendrá que idear un plan para volver a unir lazos y revertir la situación.