Valeria Montero es una jovencita de 13 años que desde hace poco se incorporó a las categorías menores del Movistar Estudiantes de España, conversamos con la larense, sobre sus inicios en el baloncesto, su rápido crecimiento en el deporte y lo que espera de esta nueva etapa con el quinteto español.
Humberto Contreras (@HumberCV).-
Valeria creció en un entorno vinculado al deporte, su papá Luis Montero, representó a Venezuela en canotaje, mientras que su madre Cristina Piña, tiene un amplio recorrido por el voleibol venezolano.
Precisamente mientras que su mamá participaba en un torneo nacional de voleibol y Valeria estaba con su abuela, fue que tuvo su primer contacto con el baloncesto, “mi hermano y yo estábamos muy aburridos en casa y mi abuela decidió llevarnos a la cancha que estaba cerca, en esa cancha entrena la Escuela Esbalir y ella habló con el entrenador Miguel Castañeda para que yo comenzara a entrenar con ellos”, comenta Montero.
Entonces, con tan solo 6 años Valeria comenzó su andar por el baloncesto, “desde ahí comenzó mi pasión por el baloncesto, me gustó porque es un deporte de contacto y en equipo”, acota.
Desde el comienzo de su precoz carrera Montero comenzó a destacar en su natal Lara, siendo incluida en varias selecciones del estado, muchas de ellas en categorías superiores a su edad.
“Por mi buen rendimiento me convocaron varias veces a jugar con las muchachas mayores, he aprendido mucho de ellas, sobre todo de Julieth Sivira y Fabiana Hernández. Al ser la más pequeña del grupo, me protegían y me enseñaban mucho”, indica la jugadora de 1.61 metros de estatura.
Además de sus compañeras Sivira y Hernández, Montero ha contado siempre con el apoyo de los entrenadores José Giménez, Miguel Castañeda, Daniel Querales, Annelingth Monzón y Eligio Lizcano, así como del presidente de la Asociación de Baloncesto de Lara, Gregorio Pineda.
Tras liderar a Lara en la obtención del título en el 2do Festival Nacional U12 en 2019, siendo nombrada además la Jugadora Más Valiosa, Valeria partió a España.
Valeria y su familia se radicaron en principio en Irun donde la jovencita jugó con el equipo Hondarribia.
“Las chicas me recibieron muy bien y tuve una excelente temporada, que permitió que varios equipos se interesaran en mi”, comenta la base-escolta sobre su paso por Hondarribia.
Con menos de un año en España Montero recibió la oportunidad de sumarse a una organización con gran trayectoria en el baloncesto español: Movistar Estudiantes.
Club que cuenta con representación tanto en la ACB como en la Liga Femenina Endesa.
“Es un equipo muy competitivo y exigente, la organización cuenta con una gran cantera y tiene jugadoras de gran calidad que juegan con la selección de España”, cuenta Valeria sobre las razones para escoger a Estudiantes.
Montero no ha tenido problemas en adaptarse al cambio de ciudad, ni tampoco al nuevo equipo. “La ciudad es muy movida y eso me encanta. En el equipo me he sentido genial, las chicas son muy competitivas y el cuerpo técnico nos trata muy bien”.
“Al entrenador le gusta mi juego rápido, necesitaban una jugadora como yo que le diera velocidad en la conducción”, indica sobre las primeras impresiones del cuerpo técnico de Estudiantes.
Aunque aún falta tiempo para ello, Montero tiene claro a donde le gustaría jugar en un futuro, “me gustaría llegar a lo más grande, quiero jugar en la WNBA”, finaliza.
El deporte en la sangre
Para la familia Montero-Piña no es nada extraño que uno de sus integrantes destaque en el deporte. Su padre Luis Montero, fue integrante de la selección de Venezuela de canotaje, mientras que su madre Cristina Piña, es una destacada voleibolista tanto en cancha como en playa. Lo que si fue una sorpresa fue su amor por el baloncesto.
“Desde muy pequeña tratamos de vincularla al deporte, practicó gimnasia pero se quejaba porque terminaba muy adolorida, luego tenis de mesa y voleibol pero tampoco le gustó”, comenta su madre Cristina Piña.
“Donde logramos que se sintiera más cómoda fue en el fútbol, jugaba en el equipo de su hermano menor y era bastante buena”, indica Piña.
“Ella respira baloncesto, fue algo que aceptamos desde que la vimos en la cancha y desde ese momento la hemos apoyado”, acota Cristina.
Tanto ha sido el apoyo de sus padres en el desarrollo de la carrera de Valeria en el baloncesto, que Cristina decidió retirarse del voleibol tras ser campeona en 2019 de la Liga de Voleibol de Playa, para dedicarle mayor tiempo no solo a Valeria, sino también a su hermano menor Luis que ya comienza a destacar en el fútbol.
“Al ver el nivel que ella demostraba en el baloncesto, decidimos que ir a España era una gran opción para que continuara su desarrollo. Es primera vez que duro tanto tiempo sin jugar voleibol, pero no tengo problemas con ello, porque quiero apoyar tanto a Valeria en el basket como a Luis en el fútbol”, finaliza Piña.